Granizofobia (o miedo a las piedritas blancas que caen del cielo)

Desde agosto de este año todos vivimos en una especie de alerta que- cada vez que llueve- nos lleva a meter los autos a los garages, cerrar todas las ventanas, cubrirnos la cabeza y esperar lo peor.

Fue a fines de Julio de este año que cayeron "piedritas" y todos corrimos aterrorizados a escondernos, parecia el fin del mundo. El motivo era suficiente, porque esas piedras que llegaron a tener el tamaño de pelotitas de ping-pong rompieron parabirsas, ventanas, abollaron autos y abrieron craneos... hubo 14 heridos por golpes de granizo en la capital.

Hoy cada vez que se asoma una nubecita el Servicio Meteorológico anuncia granizo en una especie de porlasdudas, que les sirve para cubrirse si es que pasa algo terrible.

Fue una especie de bendición para los chapistas, que salían en noticieros de mediodía tarde y noche anunciando la falta de turnos hasta Septiembre. En cambio, fueron los taxistas los que se llevaron la peor parte: al día siguiente muchos no quisieron salir con el auto abollado. Igualmente a la semana los choferes sacaron sus autos a pesar de los pozitos en el capó.

Este fin de semana volvió a ocurrir lo mismo: a las nueve de la mañana el meteorologo del noticiero (si es que realmente lo es) anunció con su sonrisa de buen tipo: "probabilidad de granizo".

Cada vez que el pronóstico dice que va a llover pasa lo mismo: la granizofobia porteña, que seguramente afectará a nuestros nietos, vuelve a aparecer. Lo peor de todo es que este fin de semana yo no vi más que unos mínimos chaparrones.



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Foto:Clarín