“No me molesta que me pegues, pero no quiero que me rayes el auto”
Ayer domingo 24 a eso de las 18 hs, sobre la Avenida las Heras, un discapacitado en silla de ruedas se enfureció con un tipo adulto y con apariencia de adinerado porque supuestamente el fulano lo había encerrado con su auto color rojo de marca sin importarle su condición.
El discapacitado, al que llamaré “caribeño” (por su apariencia), estaba totalmente sacado y en el interín enfrentó al hombre golpeándole con un pequeño caño de su silla de ruedas la parte delantera del auto.
El hombre que oscilaba entre los 40 y 50 años, cuando vió que el “caribeño” le empezaba a golpear el auto, se bajó y lo agarró de las manos. Alrededor de ambos, un grupo escaso de personas miraban todo con cara de sorprendidos pero obviamente sin hacer nada para evitar la escena.
Entre el forcejeo del discapacitado, éste se cayó de su silla de ruedas, mientras el canoso muy “gentilmente” lo intentaba ayudar a subirse de nuevo, mientras miraba a las personas presentes.
“Te voy a cagar a trompadas hijo de puta”, le decía el caribeño. "¿Qué te pensás que no puedo pegarte porque soy discapacitado?"
“No quiero pegarte”, decía el fulano con cara de angelito. (¡Lo único que faltaba que le pegara!). “No me molesta que me pegues, pero no quiero que me rayes el auto”.
La situación concluyó cuando un hombre que se paseaba con su auto, se bajo del mismo, agarró las manijas de la silla de ruedas del caribeño y le dijo que no sea pelotudo, que no valía la pena, que ese hombre era un pelotudo como todos los que estaban presentes, mientras lo alejaba del canoso.
El canoso miró a este señor con cara de soberbio, observó a su alrededor y se subió al auto ya que su familia lo esperaba en el interior del vehículo. Minutos después arrancó.
Una escena penosa para una tarde de Nochebuena, pero no fuera de lo común en el barrio de Palermo donde, no todos, pero la gran mayoría de las personas viven sumidas en su rutina, en su soberbia desmedida y creyentes de que por los bines materiales que poseen pueden faltarle el respeto a las personas de diversas maneras.
En fin, un hecho mas entre los miles escondidos con las que se puede topar cualquiera en este tipo de barrios o en cualquier otros. Que el autito color rojo le sirva de gula al señor canoso.
El discapacitado, al que llamaré “caribeño” (por su apariencia), estaba totalmente sacado y en el interín enfrentó al hombre golpeándole con un pequeño caño de su silla de ruedas la parte delantera del auto.
El hombre que oscilaba entre los 40 y 50 años, cuando vió que el “caribeño” le empezaba a golpear el auto, se bajó y lo agarró de las manos. Alrededor de ambos, un grupo escaso de personas miraban todo con cara de sorprendidos pero obviamente sin hacer nada para evitar la escena.
Entre el forcejeo del discapacitado, éste se cayó de su silla de ruedas, mientras el canoso muy “gentilmente” lo intentaba ayudar a subirse de nuevo, mientras miraba a las personas presentes.
“Te voy a cagar a trompadas hijo de puta”, le decía el caribeño. "¿Qué te pensás que no puedo pegarte porque soy discapacitado?"
“No quiero pegarte”, decía el fulano con cara de angelito. (¡Lo único que faltaba que le pegara!). “No me molesta que me pegues, pero no quiero que me rayes el auto”.
La situación concluyó cuando un hombre que se paseaba con su auto, se bajo del mismo, agarró las manijas de la silla de ruedas del caribeño y le dijo que no sea pelotudo, que no valía la pena, que ese hombre era un pelotudo como todos los que estaban presentes, mientras lo alejaba del canoso.
El canoso miró a este señor con cara de soberbio, observó a su alrededor y se subió al auto ya que su familia lo esperaba en el interior del vehículo. Minutos después arrancó.
Una escena penosa para una tarde de Nochebuena, pero no fuera de lo común en el barrio de Palermo donde, no todos, pero la gran mayoría de las personas viven sumidas en su rutina, en su soberbia desmedida y creyentes de que por los bines materiales que poseen pueden faltarle el respeto a las personas de diversas maneras.
En fin, un hecho mas entre los miles escondidos con las que se puede topar cualquiera en este tipo de barrios o en cualquier otros. Que el autito color rojo le sirva de gula al señor canoso.
Que la noche de Navidad le haya dibujado una sonrisa al caribeño quien luego del hecho le pidió unas monedas a una señora mayor y muy gentilmente le agradeció el gesto por dárselas.
Dedicado obviamente al caribeño. Pablo L.
6 pegó
me encantó, excelente posta navideño
pegó Anónimo, a las 18:08
toy cansado de la gente que me pide guita cuando voy caminando por la calle, o cuadno estoy comiendo. ME MOLESTA Y ME DA POR LAS PELOTAS! no pienso mantener al mundo. diganme como quieran, pero se piensan que su condicion de indigencia les da permiso para todo, y el que tiene un poco de guita es un hijo de puta. el otro dia taba comiendo pizza con mi novia y un forro me manoseo toda la comida. un asco loco. me tienen cansando de verdad, no podes caminar una cuadra por corrientes sin que te pidan un pucho, guita, coca, y todos empiezan su discurso con un "no le quiero faltar el respeto pero no tendria una monedita" y si no les das te rajan una puteada, este mundo se va a la concha de la madre gente. no seamos tan ciegos.
pegó Anónimo, a las 00:10
EEEEEEEEEEEEEEEE.
Gracias Pablete por tu primer post. Aparte es un post de calidad. Me re gustó de verdad.
Che chabón, ponete las pilas con los errores de ortografía.
Gracias de nuevo, loco.
Un fuerte abrazo.
Martín Alejandro.
pegó Martín Alejandro, a las 15:19
coincido mucho con sherard.
te felicito por tu nota pablete
un abrazo
pegó Anónimo, a las 23:37
Emilianooooooo.
¿Cómo vas a coincidir con Sherard?
Pero la puta madre, che. Al final estoy rodeado de fachos.
Noticias del Palo engendrador de mounstros facistas.
-Broma-. Yo también concido (un poco).
Martín Alejandro.
pegó Anónimo, a las 13:58
Sherard, emi, etc: la onda es que comprendamos que es una problemática relacionada con procesos culturales; es la única realidad que conoce esta pobre gente... y la otra también! nadie sabe un carajo de solidaridad ni de intentos por desterrar el egoísmo, pero es así. Todos los días se puede hacer algo para cambiar esta realidad loco.
saludos; lindo blog!
pegó Anónimo, a las 16:23
Publicar un comentario
<< Home