SELENE

Hace unas horas salí del trabajo. Estoy cansado. Esta noche no voy a encender la tele como lo hago siempre, espero cumplirlo porque casi nunca lo hago.
Abro la puerta de mi departamento. Tiro las llaves arriba de la mesa. Enciendo el velador y pongo un poco de música.
Me dirijo al teléfono. No hay mensajes.
Pienso que quizá no le interesó a nadie pero trato de convencerme diciéndome que de seguro están ocupados como yo y que es por esto que no me llaman. Considero también la posibilidad de que quizás no sea tan importante para ellos, como ellos, lo son todavía para mi.
Se me antoja llamar a Isabel. Hace unos días que no se de ella. La duda a veces puede más. Agarro el teléfono de nuevo, marco el número y espero.

-Hola -dice Isabel
Le respondo con el mismo saludo. ¿Como estas? -le pregunto.
Me contesta que bien, que tuvo un día tranquilo en el trabajo y que aparentemente le aumentaran el sueldo. Me pongo contento porque sé que un cambio económico nunca esta de mas. Como siempre da el primer paso y me dice que me extraña. Que tiene ganas de verme. Que aunque las cosas hayan cambiado hay otras que se mantienen (seguramente se refiere al amor que siente por mí).
Me quedo callado y pienso lo mismo. Y le digo que por mas que la vida sea un océano que no para de moverse ni de transformarse a veces en contra de lo que nosotros queramos, hay algo que se mantiene: Mi amor por ella
-La vida arrastra -me dice. Si la marea esta en movimiento está viva.
Isabel se queda callada. Me dice que me extraña, que quiere verme. La interrumpo diciéndole que mañana tengo una reunion laboral a tres cuadras de su negocio.

-Cuando termine la reunión quisiera verte -le digo
-mi agenda esta en blanco -me contesta.
Me quedo callado como siempre que me sorprende. Me conoce. Sabe lo que estoy pensando. Se lo que quiere escuchar de mi.
-Entonces paso a buscarte -le afirmo. Marco un pausa de silencio y le digo como tirando y aflojando de la cuerda, si quiere tomar luego un café conmigo.
-¿Hace falta contestar? -me pregunta.
Le entiendo el tono de voz. Siempre dispuesta para hacerme compañía -le digo. Sos como Selene. Se queda callada.
-¿Quién es Selene?
-¿Nunca escuchaste hablar de ella? -Le pregunto.
Me responde que no.
Por el tono calculo que debe de pensarse que puede llegar a ser “otra”, alguna amante que podría tener por ahí, alguna “amiga” que esta cuando ella no esta o pero aun, una ex del pasado que vuelve para confundir el presente. Pero no. Selene no es ninguna de ellas.
-Para los griegos, Selene era la luna y tenia la misión de iluminar la noche. Una noche Selene se enamoro de un pastor que andaba por ahí y desapareció del cielo para acostarse con él. Zeus enfurecido castigo al pastor a dormir eternamente. Selene entristecida le suplicó al dios una y otra ves y este conmovido por las peticiones la consintió en que desapareciese del cielo varias noches al mes para hacerle compañía a su amado. El resto de los días, Selene se conforma con verlo desde lo alto.
-Nunca habia escuchado esa historia -me dice Isabel. Es hermosa.
-Te la dedico -le aclaro-, para vos que estás cuando no estas.
Me responde que yo también estoy cuando no estoy. Y se burla de mí diciéndome que estoy loco. Escucho su sonrisa. Me dice que me vaya a dormir que el cansancio es el culpable de que “alucine”. Le respondo que sí, que estoy loco, además de estar cansado. Escucho a través del tubo el ruido de un beso. Se lo devuelvo.
-Estás loco -me dice.
-Ya se -le afirmo.
-Andá a dormir estas cansado -me pide. No falta mucho para que estemos juntos. Andá a dormir y que tengas dulces sueños.
-Mis sueños son dulces siempre que sueño contigo -la halago
-Sos un mentiroso -me dice
-Lo sé -le respondo

Anónimo

(La persona que me entregó este relato me pidió expresamente que al publicarlo no revelase su identidad. Según él me dijo que tal escena formaba parte de su pasado aunque no descartó que mientras vivió toda esa historia con “ella”, se sintió realmente bendecido. Antes de despedirse me dijo: “es verdad que los amores ideales solo tienen lugar en los cuentos de niños pero hay veces que son tan poderosos que se escapan de sus páginas y pueden volverse reales. Aunque sea por un largo instante o una corta eternidad)